martes, 10 de agosto de 2010

En el Parque: Explo-reflexión anecdótica maternal.


Imagen: http://www.todoevento.co.cr/images/an_la-granja_05.jpg

Ana O'Callaghan

Hoy fui al parque. Un parque de diversiones moderno, en el techo de un centro comercial.

Está bien pues, fui al Tolón. Al parque Tolón, el de ahora, no al de mi infancia donde había un trencito amarillo que mi mamá me decía era para los “grandes.” El de ahora igual tiene cosas divertidísimas. O quizás yo tenía mucho tiempo sin ir a un parque.

Llevé a mi primito al parque. Se quería montar en todo. Me sorprendió gratamente que esta personita de siete años sólo estuviese interesado en los juegos De Verdad, los físicos, nada de maquinitas. Puro brincar en trampolines y escalar paredes. Me di cuenta allí de la pequeña señora anticuada y hippie que se gesta dentro de mi.
-¿No quieres las maquinitas? - dije yo a la expectativa,

-No, Trampolín -

-Ah pues muy bien.- Me sorprendí diciendo.

Y resultó que el niño es un pequeño gimnasta chino (sin los traumas de infancia olímpicos) Daba vueltas, mortales hacia atrás, hacia adelante y movimientos aéreos que, me entero, son posibles. Y él era la persona más feliz del mundo. Y yo era la persona más feliz del mundo viéndolo y tratando de sacar lo que potencialmente pudieron ser fotos arrechísimas del niño suspendido en el aire. Digo pudieron porque sólo contaba con un potecito digital que no era mío y que no sabía manejar, y también porque bueno, no soy una fotógrafa arrechísima. Me sorprendí a mi misma queriendo ser mamá para llevar a mi propio spiderman al parque y darle acotaciones de cómo hacer las piruetas cada vez más arrechísimas. Me senti tan orgullosa de mi mini-spiderman invisible. Susto.

Me sorprendí también en la inercia de lo que me hace ser mala fotógrafa. Ojo, no es que quiera ser buena fotógrafa. Simplemente me di cuenta de porqué uno no es algo. La mitad del tiempo estaba reflexionando sobre estos instantes, “sorprendiendome a mi misma” en emociones, en vez de estar tomando fotos. Estaba viviendo. Por otro lado, le tomé fotos reflexivas al hecho de ser mamá, sin serlo. Paradójico eso. Lo de ser algo y no serlo o serlo a veces o serlo después. O dejar de serlo.

Luego, fuimos a donde un monstruo gigante amarillo inflable en donde te trepas y luego de dejas caer, osea un ÜberTobogán. Me dejaron montarme con el nene para tomarle fotos. Me encantó que los porteros de las atracciones me confundieran con La Mamá. Había un poder y una dignidad muy elegante al respecto; tanta, que me dejaban hacer lo que yo quisiera para tomarle fotos al niño. Que las verdaderas mamás me peguen, yo se que ser mamá no se trata sólo de eso, pero eso fue muy fino.

Después vino la Pared de Escalar. Me sorprendí gritandole al podre niño indicaciones desde abajo sobre dónde poner la manito o dónde agarrar impulso para llegar más arriba. Una dulce impotencia me invadía cuando se quedaba paralizado por el cansancio o por el miedito. Me di cuenta de que voy a ser una de esas mamás insoportables que quiere que su hijo sea el más arrechísimo siempre. Bueno, tampoco así. Cuando quiso desistir lo dejé bajar y fuimos a otra cosa.

A continuación, el Ascensor. Un perol que sube y baja a velocidades sorpresivas y bueno pues, da mucha risa. Me sorprendi haciéndole morisquetas, acompañándolo gestualmente con cara de kiko desinflado. El se sentía acompañado. Yo me sentía subiendo y bajando. En una de esas subidas vio que en el piso de arriba estaba el cine y me gritaba entre risas y altitudes que estaban pasando Toy Story 3. Además es pilas.

El Otro Trampolín. Aquel en el que lo agarran de un arnés y lo hacen brincar absurdamente alto. Nuevamente el niño daba vueltas sobre su propio eje. Las otras mamás (las de verdad) me miraban con cara de preocupación ya que yo sólo aplaudía encantada en lugar de angustiarme o decirle que se quedara quieto. En este punto desistí de las fotos, era absurdo tratar de obtener una imagen coherente del momento, era mejor vivirlo, o bueno, pensarlo.

Desde las alturas, mi pequeño acompañante observó que una niñita estaba malandreándose a la Pared de Escalar de forma admirable. El reto mudo y sutil de la mini-mujer araña surtió efecto. Al bajar, mi hijito de mentira me dijo:

-Otra vez a la Pared.-

Y otra vez fuimos a la Pared. Yo, sin poder contenerme, gritaba nuevamente indicaciones desde abajo y cada pasito hacia arriba era un Oscar a mejor película extranjera o algo así de épico. Y llegó mucho más arriba que antes. Su honor y ego restituidos, se dejó caer grácilmente por el cable.

-¡Muy bien! – le dije sacudiéndole los pelos de lo más cliché.

En realidad lo que quería decir era:

-¡Así es que es no joda! Escálame esta puejm, niña pajúa, yeah... -

Es que me puse muy contenta.


Por último me dijo:

-Ahora air-hockey, yo contra ti.-


Y fuimos a comprar las fichas. Resulta que la plata cargada en la tarjetica no sirve para ese juego y que hay que comprarlas aparte y no te devuelven la plata que le metiste a la tarjetica.

-Ladrones – pensé.


Pero el niño va a jugar air-hockey conmigo así sea lo último que haga. Y me bajé de la mula. Primero pensé ingenuamente en dejarlo ganar. Inmersa en estos nobles y maternales pensamientos altruistas estaba, cuando me di cuenta de que me estaba pateando el trasero legalmente; pero no me dejé. Poco a poco, gol tras gol, me fui transformando en niña. Y así fue mejor. Le gané siete a tres. Los dos tripeamos un mundo.

Su mamá (la de verdad) lo reclamaba, así que se fue. Nos dejamos un poco de fotos movidas y fuera de foco, una cantidad de momentos sorprendidos (que al final son fotos también, ¿no?) Y un día fantástico.

Cuando tenga a mi mini-spiderman de verdad, va a vivir en el parque. No tanto por él sino por mi. Se jodió ese niño. Ya se que voy a ser una mamá ladilla, competitiva y un poco irresponsable. De antemano te dijo, Anito, perdón si eso te jode la vida después. Pero sí, vas a ser el carajito más arrecho, malcriado y consentido de todo el puto parque. Y yo voy a ser feliz.

5 comentarios:

Klaus Inspector dijo...

¡Qué cosa tan tierna! Una verdadera mamá gallina

Ocalannie dijo...

Gracias Misterycritter, tierna o un poco psicópata también :D. Bienvenid@ a pasear por acá cuando quieras.

Airammss dijo...

¡Ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja!

Ya va, ya va, no he terminado: ja ja ja ja ja.

Está buenísimo. Compartí todos esos sentimientos cuando mi ahijado de 3 años estuvo conmigo en mayo.

Ahora, si él es spiderman eso te hace ¿mamá Arácnida?

Maravishoso.

Ocalannie dijo...

jajaja gracias darling Airi! tan bella! sí, sería SpiderMoma.
Gracias por disfrutar la anécdota a pasear por acá, besos!

Amexicanbeauty dijo...

Me gusta tu blog! Pasaré por aquí más seguido!! Lindo post!