miércoles, 14 de agosto de 2013

Humo

Imagen: http://www.wallgc.com/images/2012/08/flames-flowers-fire-smoke-black-background-HD-Wallpapers.jpg

 

por A.C. O'Callaghan


Hay que llenar de humo este cuarto vacío que no tiene paredes.
Mi mente hace mucho ruido cuando piensa.
Puede uno imaginarse paredes dentro del humo.
Mis ojos son muy insolentes cuando ven.
Pudiese creer que hay alguna cosa allí.
Mi piel es muy pesada cuando siente.
Pudiese terminar aquella habitación en alguna parte.
Sólo si hay humo,
pudiese una esquina sorprenderme.
Sin humo hay claridad y ceguera,
y mi garganta es muy insólita cuando grita.

Soy adicta a la estupidez.

Para que alguna cosa muera,
aquello que amo debe amarme a mí.
Tenemos que acabarnos;
la cosa que amo y yo.
Mis pies son muy tontos cuando pisan.
Quizás todos hemos muerto ya.
Para poder amar.
Olfateo dentro del humo los ecos de la vida que fue,
creyendo que viene.
Qué escándalo este humo ebrio sin rostro ni espalda.
Hay que llenar de humo el cuarto sin paredes.
Para olvidar que no hay puertas, ni ventanas, ni cerrojos.
Deja que la sombra del fantasma del amor se esconda allí.
Déjame pensar incluso que uno pudiese encontrarlo.
Sin proponérmelo.
Mis manos son muy crueles cuando agarran.

En la adictiva y monótona planicie sembrada de flores que Clarissa ha comprado ella misma,
hay que hacer esculturas de humo.
Engendrar duendes traslúcidos que sonríen,
bailan y silencian todo menos el hipnótico ruido de la nada.

A veces brilla una luz dentro del humo.
No se qué hacer con la luz.
Porque mi pecho es muy deconfiado cuando respira.
La verdad me molesta.
La rehabilitación me purifica y me humilla.
Un niño de humo me mira y me juzga.
Golpea mi rostro.
Llora.
Se esconde en un armario.
Porque sus hombros son muy sinceros cuando duda.
Sueña con otro mundo y me da otro nombre.
Yo tenía que soplar el humo lejos de la habitación.
Pero mis labios son muy malcriados cuando rezan.
-Yo nunca fui así de estúpido- dice el niño.
-¿Desde cuándo eres así de estúpido?- dice el niño.
-Detén toda esta estupidez- dice el niño.
Ordena tu cuarto.
Su voz es transparente cuando canta.
No se dónde termina el cuarto.
No tiene paredes.
Al niño de humo no le importan mis razones,
e implacable, desenrreda mi cabello.
Va por el laberinto fotografiando siluetas.
Porque mis pesadillas tienen forma de pinceles.

Algo se está quemando.

Su alma se convierte en lluvia cuando muere.
El humo se convierte en alma cuando llueve.

2 comentarios:

Eli Portela dijo...

Hace un tiempo que vengo siguiendo el humo, y cada día es diferente. Bellas palabras... Saludos

Ocalannie dijo...

Gracias Eli, por pasear por acá. Un saludo para ti.