lunes, 13 de diciembre de 2010

Piedras

A. O'Callaghan

Ratones cálidos endurecidos por el viento.
Pulsos perdidos, congelados grises en la interperie.
Paredes.

No soy una piedra
y soy una piedra.
Agua rocosa, hipersensible.

Piedritas en los vidrios,
en las ventanas cerradas,
cerradas como las piedras.

Piedras en los zapatos,
cicatrices en las plantas
diseñan el tumbao, el arte de pisar.

Piedritas gratis de recuerdo,
puntadas en los parches de un pisapapeles
punzo penetrante y azul que cobra peaje.

Piedras en los ojos que cambian de color.
Ebullición metafísica,
volcánica y contenida.

Piedritas que se rozan.
Cantan partituras
en las terminaciones nerviosas

Piedras en la boca.
Caramelos arenosos y chirriantes
intragables, picantes en la lengua.

Colecciono piedritas
en una pecera inversa
donde a veces se ahogan.

Piedras-yunques
Piedras-ruedas
Piedras-pedazos de camino.
Salta alto y piedras-puentes.
Paso corto y piedras-lápidas.

Piedra que late dormida.
Bradicardia.
Monstruo feo y llorón.
No quiere más golpes de más piedras
Con o sin culpa.
Quiere saber qué hizo mal.
Y acostarse a dormir.

Soñar que talla,
que hace fuego,
que dibuja,
que decora,
que construye.
Con las piedras.


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