martes, 21 de diciembre de 2010

Escarcha: Explo-reflexión Navideña

Imagen: http://images01.olx.com.co/ui/7/65/19/1286215899_58035619_3-Venta-de-escarcha-murano-cosmetico-y-de-artesanias-Otras-ventas-1286215899.jpg
 
 
Ana O'Callaghan
 
 
Hay un montoncito de segundos en donde todo tiene sentido. Una verdadera sonrisa, espontánea, bienvenida. El cansancio terrible se desvanece de pronto con ese instante lúcido, como el beso de vida que me despierta en otro universo que no está en cámara lenta, que no es gelatinoso. La verdad escondida en una escena que súbitamente se hace evidente. Un rush genuino de honesta emoción. Es verdad. Lo que se cuenta, es verdad. Lo que se actúa, lo que se escribe, es verdad.

Creo en la Navidad cuando algo, una niebla fosforecente, viene sin anunciarse y me cubre como un suetercito de lana. Creo en la Navidad como creo en el teatro. Es verdad, el rito, la tradición, la repetición. Una caja que verdades escondidas y polvo brillante que sólo se abre con la combinación secreta, inmencionable; sólo accesible a través de la acción realizada con amor. Hay hombrecitos que bajan por las ramas de los árboles decorados y dejan escarcha en las manos cerradas de niñas dormidas. Es verdad soñar. Soy lo que sueño, lo que soñaba, no soy mis cicatrices.

Y en esos momentos, todo lo demás ya no es tan importante y se puede respirar sin tener al elefante diábetico ese, columpiándose aparatoso dentro del pecho. Y hay ganitas buenas de llorar. Eso se logra con unas pelotas diminutas de ánime y un niño y un viejo que señalan una estrella. Papel aluminio y plástico. No hay más verdad que esa, y es hermosa.

¿Por qué sigo? Hay algo en el olor del humo temperamental que me pellizca los cachetes. Hay algo en cada esquina de ese cuadro negro transportable que me lleva a pasear. Los propios fantasmas pasados, presentes y futuros. El viaje eterno por un sueño, el loop de noche y campanadas y relojes. Allí, atravesados en el tic-toc, hay momentos cuando despierto y pregunto: ¿dónde estoy? ¿qué día es hoy?

Quisiera ser de verdad todo el tiempo. Andar flotando como un títere, cuerpo de fibra de vidrio, papel maché, pintura: de verdad. Suave, delicada existencia de estas burbujas de jabón que al explotarme en la nariz me hacen parpadar un instante de verdad. Algo adentro que se escapa como un suspiro, un aliento que me devuelve el color. Un instante de verdad. Estos instantes hacen que todo sea un poco mejor.

Querido Niño Jesús, quisiera, por favor, un reloj de arena. Voy a separar esos momentos cuando pasen para hacer un montoncito.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Piedras

A. O'Callaghan

Ratones cálidos endurecidos por el viento.
Pulsos perdidos, congelados grises en la interperie.
Paredes.

No soy una piedra
y soy una piedra.
Agua rocosa, hipersensible.

Piedritas en los vidrios,
en las ventanas cerradas,
cerradas como las piedras.

Piedras en los zapatos,
cicatrices en las plantas
diseñan el tumbao, el arte de pisar.

Piedritas gratis de recuerdo,
puntadas en los parches de un pisapapeles
punzo penetrante y azul que cobra peaje.

Piedras en los ojos que cambian de color.
Ebullición metafísica,
volcánica y contenida.

Piedritas que se rozan.
Cantan partituras
en las terminaciones nerviosas

Piedras en la boca.
Caramelos arenosos y chirriantes
intragables, picantes en la lengua.

Colecciono piedritas
en una pecera inversa
donde a veces se ahogan.

Piedras-yunques
Piedras-ruedas
Piedras-pedazos de camino.
Salta alto y piedras-puentes.
Paso corto y piedras-lápidas.

Piedra que late dormida.
Bradicardia.
Monstruo feo y llorón.
No quiere más golpes de más piedras
Con o sin culpa.
Quiere saber qué hizo mal.
Y acostarse a dormir.

Soñar que talla,
que hace fuego,
que dibuja,
que decora,
que construye.
Con las piedras.


sábado, 4 de diciembre de 2010

Gratis

A. O'Callaghan

Todo es gratis
nada pesa
nada duele
nada es importante
me pierdo en jaquecas inservibles
buscando algo que me pinche.

Qué viejo todo
qué largo
qué vacío
ya siento nada
y quiero ser la víctima de tantas novelas
heroína trágica de la misteriosa experiencia
ser rescatada de la oscuridad delirante.

Y qué importa si un pasillo te escupe de repente
qué importa si no me conviertes en reclinatorio
qué importa si nos tomamos dormidos de las manos
no importa.
El día llega como un viejo amnésico y triste
con polaroids desteñidas 
como escamas ensuciando su piel.

Todo es gratis
qué importa si descoso mi alma en palabritas
qué importa si me regalas luces de lejos y borracho
qué importa si aún me miras detrás de todo el parapeto,
así, como me mirabas.
Qué importa si veo una boda más de alguien qué solía susurrar mi nombre.
No importa si hoy tomamos café como antes y haces que te extrañe
es sólo un momento.
Un hipo ahogado de peluche.
No hay energía ni siquiera para narrar las viejas aventuras
ni comparar cicatrices
hablar por hablar, a cambio de una hoguera.
Un beso que sólo sabe a soledad.
Confieso que me da miedo que las canciones se terminen.
Es lo único que me da miedo.

Todo es gratis,
nada cuesta,
todo dura un momento.

Nada se queda.

Quisiera poder decir algo más.


Sin Nada

  
A. O'Callaghan
Esto no es una declaración de amor
mucho menos una queja.
No es nada.

La gravedad es un invento.
Ningún sentido.
esto así, sonámbulo, es amistad.
Porque te quiero, 
como un lobo herido quiere a otro.
Sin dientes, sin nada.

No puedo ser poética,
no quiero serlo.
Me tomé mil cervezas y dos copas de vino
que fueron como mil copas de vino.
a veces no entiendo y me dejo fluir.
a veces sí,
a veces uno fluye
A veces no.
A veces te quiero, 
como un fantasma transparente quiere a otro.
Sin frío, sin nada.

Esto no es una declaración de amor
Es un telegrama de un oscurantista a otro.
sólo labios
y alcohol y humo y complicidad.
Y nada.

Está bien que no pase nada.
No podemos tocarnos.
Y desde esa sombra de sonrisa que es nuestra amistad
Te quiero, 
como un decadente perdido quiere a otro.
Sin sexo, sin nada.

Y te veo ahora.
Odiame
Hablo ahora porque estoy ebria y me sale,
porque en el fondo te quiero.
Como un vampiro hambriento quiere a otro.
Sin sangre, sin nada.

Y peleo.
Absurda necesidad de no se qué.
Me burlo
Fumáte un cigarro y ya, 
despéjate, 
una copa una cosa.
vuelve a ti, desayúnate a la nena y listo.
Tráete al mío de vuelta.
Al mío que quiero, 
como un borracho llorón quiere a otro.
Sin memoria, sin nada.

Se acaban las botellas y los minutos.
La historia de nuestra vida,
y cada clima trae otro 
y cada hora 
y cada luz 
y cada sábana.
Ponle a tus hijos nombres cortos e insípidos.

Si es que yo no entiendo, mil disculpas.
Esto es mi clavel verde.
Compañero de distancias volátiles
mezcladas con ginebra.
Déjame quererte.
Como una femme fatale de tercera quiere a otra.
Sin piedad, sin nada.